El hecho de tener un contacto con las drogas no significa que se sea drogodependiente, ni que necesariamente se vaya a serlo.
Desde los primeros contactos, hasta que la dependencia queda instaurada, se pasa por un proceso que se prolongará en el tiempo de forma variable y que supondrá ir dando una serie de pasos hasta que se llegue a la adicción. Según los resultados que el individuo vaya obteniendo irá dando los pasos siguientes hacia consumos cada vez más problemáticos. Uno de los mayores riesgos de este proceso, que siempre es reversible, es la idea subjetiva de control.